De Mal en Peor (Por: Francisco Navarrete)

El martes a las 18 hrs, Coquimbo Unido entraba a la cancha del Sánchez Rumoroso con la necesidad imperiosa de un triunfo, con el fin de seguir soñando con la salvación. Sin embargo, dicha necesidad no se vio reflejada en la disposición táctica enviada por el D.T. Fernando Diaz, quien mandó a la cancha un esquema con 3 jugadores en contención. Misma formación que en el partido de visita contra la U, generó cero opciones de gol.

De esta manera, lo visto en el campo de juego fue penoso, cuando se pensaba que contra O’Higgins se había tocado fondo, llegó el triste espectáculo contra Audax italiano. Otra vez un equipo sin ganas de atacar, un arquero rival que con suerte tuvo una atajada, y un cuerpo técnico que no se da por enterado que Coquimbo va ultimo.

El partido se jugó con guante blanco, dos equipos que buscaron poco y nada el triunfo, porque Audax tampoco hizo mucho por ganar, lo que agrava la poca iniciativa pirata.

El gol en el minuto 87 por parte de Gonzalo Álvarez para la visita, fue sorpresivo para ambos equipos, casi anecdótico, pero a la larga, un justo castigo para un equipo pirata que no muestra el deseo de salvarse, acompañado de un cuerpo técnico con poca reacción ofensiva.

Coquimbo Unido completa tres partidos consecutivos sin hacer un gol, cinco partidos si contamos la llave de Copa Chile. Situación que resulta lógica cuando se ven las estadísticas que indican que no se remata al arco ni se crean oportunidades. Lejos se ve ese partido contra Cobresal, que abrió las esperanzas de salvación, pues, con la decisión de botar la llave contra Huachipato, parece que se botó el torneo oficial, dado que los jugadores se olvidaron de jugar al futbol, de darle pases a sus compañeros y de que para ganar hay que hacer goles en el arco de enfrente.

La situación es insostenible, Coquimbo Unido está prácticamente descendido, solo las matemáticas son generosas con este equipo y sostienen la fe de los mas creyentes, pero, futbolísticamente, no hay argumentos para seguir creyendo. Es la dura realidad que golpea a una hinchada fiel y que sigue apoyando a pesar de no encontrar respuesta en cancha.